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México bajo presión: aranceles de EE.UU. impactan el sector inmobiliario

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Los aranceles al acero y el aluminio tienen un impacto directo y significativo en los costos de producción. ya que son materiales claves en la construcción de viviendas.

A partir de junio, Estados Unidos aumentó los aranceles al acero y el aluminio del 25 al 50 por ciento, el cual aplica a todos los países con algunas excepciones. De acuerdo con la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) dicho aumento puede elevar los precios hasta un 10% de las construcciones inmobiliarias en México. El impuesto por EE.UU. afecta indirectamente pero de manera significativa al sector de la vivienda en México,tanto por sus vínculos con el comercio exterior como por su impacto en los costos de materiales, la inversión en construcción y la accesibilidad a la vivienda.

Los aranceles son impuestos que un país impone a los bienes importados del extranjero.Su función principal es incrementar el precio de los productos importados, lo cual puede tener varios objetivos: proteger a la industria local de la competencia extranjera, corregir desequilibrios comerciales, o responder a medidas similares tomadas por otros países, así lo explicó la Dra. Bertha Martínez Cisneros, coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional de CETYS Universidad Campus Mexicali.

Los aranceles a estos materiales tienen un impacto directo y significativo en los costos de producción, ya que son materiales claves en la construcción de viviendas. De acuerdo a los datos de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) y la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (CANADEVI) en México ambas, el acero representa entre el 7 % y el 15 % del costo total de una vivienda –Depende del tipo de construcción–.

El alza en los costos de acero y aluminio no solo afecta a la vivienda, también encarece la infraestructura pública y privada en general. Impacta en otros sectores productivos como la automotriz, línea blanca y electrodomésticos. Pudiendo generar una presión inflacionaria generalizada en la construcción y los bienes duraderos”, comentó Martínez Cisneros.

Los aranceles al acero y aluminio impactan profundamente el costo de construir viviendas al encarecer materiales fundamentales. Esto genera viviendas más costosas, menos accesibles y con menor margen de ganancia para los desarrolladores, lo que a su vez puede frenar nuevos proyectos y limitar el acceso a la vivienda en Estados Unidos.

Desde la perspectiva de Estados Unidos, los aranceles al acero y al aluminio —incluidos los aplicados a México— son considerados una herramienta estratégica para proteger su industria nacional, asegurar la autosuficiencia en sectores clave y corregir distorsiones del comercio internacional, señaló la Dra. Martínez Cisneros. Desde su primera administración, Trump argumentó que países extranjeros estaban inundando el mercado estadounidense con acero y aluminio baratos, frecuentemente subvencionados por sus gobiernos. En un informe oficial, se advirtió que el exceso de importaciones y la sobreproducción global debilitaban la economía nacional y representaban una amenaza para la seguridad del país, al comprometer la capacidad de producción interna de materiales esenciales como el aluminio.

¿Oportunidad o riesgo estratégico para México?

México sí enfrenta un escenario crítico con implicaciones profundas. El país es el segundo proveedor de acero al mercado estadounidense, con aproximadamente el 84 % de sus exportaciones de acero y aluminio dirigidas a ese destino. Solo en 2024, estas exportaciones alcanzaron un valor de 16,078 millones de dólares. Sin embargo, el incremento arancelario pone en riesgo más de 20,000 millones de dólares y cerca de 380,000 empleos en el sector siderúrgico nacional, de acuerdo con datos del gobierno de México.

Además, la medida afectará directamente la integración de las cadenas de suministro en América del Norte, especialmente en sectores clave como la industria automotriz y la construcción, que dependen fuertemente de insumos metálicos mexicanos. Frente a este panorama, más que una oportunidad inmediata, México debe replantear su posición estratégica en la región para mitigar riesgos y fortalecer su competitividad.

Alternativas indirectas para México

Fortalecimiento del mercado interno. El desvío de acero y aluminio originalmente destinado a exportación puede impulsar el abasto nacional de aluminio y acero. Reducir precios temporalmente en el mercado interno, lo que beneficiaría a sectores como la construcción, la infraestructura pública y la manufactura.

Diversificación de mercados internacionales. Ante la gran dependencia del mercado estadounidense (más del 80 % de las exportaciones de acero y aluminio mexicanos van a EE.UU.), México puede buscar nuevos socios comerciales y también aprovechar acuerdos vigentes con otros países.

Negociación y diplomacia en el marco de T-MEC. Aunque los aranceles fueron impuestos bajo la Sección 232 (seguridad nacional EUA), México puede referirse a mecanismos del T-MEC para revisión o compensación y solución de controversias. Negociar cuotas preferenciales o esquemas de excepción bilateral

Foto: Especial.