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Presentará la cantante israelí Victoria Hanna un espectáculo escénico-musical

Victoria Hanna

Su concierto Yonati (mi paloma) basado en textos del Cantar de los Cantares para que la Shejiná –presencia femenina y divina– venga y habite entre nosotros.

La cantante y compositora israelí Victoria Hanna, quien reside en su natal Jerusalén, estará en México para ofrecer una sola sesión de su concierto titulado Yonati (Mi paloma), el próximo sábado 10 de mayo a las 19:00 h en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Victoria Hanna es una artista que nació y creció en el seno de una familia judía ultra-ortodoxa, hija de un rabino egipcio y de una mujer iraní. El mundo musical la conoció en 2015 con la canción Alef Bet, cuyo vídeo se volvió viral. Luego publicó el vídeo de la canción 22 letras, descrito como “rap cabalístico”, basado en el Sefer Hayetzirá (Libro de la Creación), lo que le ganó que la revista Forbes la incluyera en su lista de 50 mujeres más influyentes de Israel en 2015.

Rodeada de textos y libros sagrados, con poco contacto con la población secular de la ciudad, durante su infancia Victoria Hanna enfrentó un desafío significativo con la tartamudez. Este obstáculo la llevó a emprender un viaje introspectivo explorando la boca como generadora de sonidos. Es ahí cuando descubrió que su voz era tanto su poder como su herramienta para la sanación espiritual.

Formada en composición musical y actuación, ha participado en teatro y cine y ha explorado diversas tradiciones de canto, voces antiguas y ritmos de su época. Su investigación continúa y ahora ofrece “una reflexión profunda sobre los límites de la expresión humana, la voz y el sonido”.

Al desarrollar una forma única de expresión vocal, se ha referido al sonido como “un medio para esculpir la realidad (pues) cada letra del alfabeto une lo humano con lo divino: la palabra es un tejido de luz”, ha dicho la artista.

Hoy en día vocaliza textos sagrados y kabalistas, textos que en el pasado las mujeres judías no tenían permitido estudiar ni cantar. Ha experimentado e investigado el alfabeto hebreo, las dimensiones espaciales del sonido y las posibilidades de la voz humana y los estados de consciencia, integrando el arte con un encuentro místico. Un ejemplo de ello es su concierto Yonati (Mi paloma), que ofrecerá en el coloso de Donceles, Centro Histórico.

Se trata, más que de un concierto, de una especie de sanación espiritual, un llamado poderoso al divino femenino; una experiencia en la que la voz, el ritmo y la palabra ancestral se transforman en música viva que conecta con lo sagrado, con la tierra, con la memoria, a través de un formato de puesta en escena acompañada de un cuarteto de cuerdas y percusión, donde los textos se vuelven danza, las plegarias se hacen canto y el pasado dialoga con el presente.

Con la producción de Épica Talent, los músicos que acompañarán a la cantante israelí en el escenario son la reconocida violonchelista Luz del Carmen Águila, las violinistas Dirén Checa y Nadia Cano, así como la violinista Lilian Sifontes y la percusionista Maribel Pedraza Calderón.

Yonati (Mi paloma) –en palabras de la propia cantante y compositora— es “una invocación profunda, poética y misteriosa a la Shejiná –la presencia femenina y divina en el mundo– para que venga y habite entre nosotros.

El espectáculo escénico-musical se basa en textos sagrados --principalmente del Cantar de los Cantares en su idioma original, el hebreo antiguo– a los que les da un nuevo significado a través de la deconstrucción del lenguaje, la voz y una entrega dramática única.

El Cantar de los Cantares, con su ambigüedad sensual y mística, ha sido leído durante siglos como una danza entre lo visible y lo invisible, entre el cuerpo y el espíritu. “No es solo una celebración del amor, sino también un mapa del deseo de lo divino; un ritual contemporáneo, sensorial y preciso, que revela el poder vivo de la palabra, de la voz, del anhelo”, dice Hanna.

Yonatí… un llamado femenino-kabalista del Cantar de los Cantares, una voz desde Jerusalén, se encontrará con la tierra espiritual de México en un ritual vocal sin fronteras de lenguaje sagrado, frecuencia y música en vivo. En el Día de las Madres, este espectáculo abrirá un espacio contemplativo para percibir las múltiples formas en que lo femenino habita el mundo. “Es un regalo para quienes nutren, recuerdan, para quienes escuchan, para quienes arden”.

Foto: Especial.